Una pequeña fortuna por una pequeña suma.
Los tres cuentos que Mariana reúne en este libro hay que leerlos rapidito y de corrido. Esto se recomienda porque, de seguro, ha consultado a su “metamorfólogo de confianza” para escribirlos. De ahí que nos desafíe con realidades difusas y criaturas cambiantes que se reversionan frente a nuestros ojos. Las atmósferas enrarecidas y las situaciones extrañas de estas narraciones, condimentadas, aquí y allá, con toques de pimentón de la risa parecen ser el resultado de “aproximaciones prudentemente insólitas” de “palabras suficientemente diferentes”, como el escritor Gianni Rodari definía a sus binomios inventivos. Es que ese aderezo nuestra autora lo tiene siempre a mano, tanto cuando escribe como cuando sazona los libros compartidos con los jóvenes lectores de la biblioteca escolar en que trabaja.
Para potenciar la experiencia de su lectura lo bien que harían los editores en expender junto con este volumen un sencillo pero necesario "tocamentes" , un tocadiscos modificado que hace sonar las ideas de la imaginación de forma armónica y coherente. Sería como vender el libro con una Marianita de bolsillo, cosa que no se consigue ni en la mejor de las cualquiercoserías de barrio.
Cecilia Pisos
Los tres cuentos que Mariana reúne en este libro hay que leerlos rapidito y de corrido. Esto se recomienda porque, de seguro, ha consultado a su “metamorfólogo de confianza” para escribirlos. De ahí que nos desafíe con realidades difusas y criaturas cambiantes que se reversionan frente a nuestros ojos. Las atmósferas enrarecidas y las situaciones extrañas de estas narraciones, condimentadas, aquí y allá, con toques de pimentón de la risa parecen ser el resultado de “aproximaciones prudentemente insólitas” de “palabras suficientemente diferentes”, como el escritor Gianni Rodari definía a sus binomios inventivos. Es que ese aderezo nuestra autora lo tiene siempre a mano, tanto cuando escribe como cuando sazona los libros compartidos con los jóvenes lectores de la biblioteca escolar en que trabaja.
Para potenciar la experiencia de su lectura lo bien que harían los editores en expender junto con este volumen un sencillo pero necesario "tocamentes" , un tocadiscos modificado que hace sonar las ideas de la imaginación de forma armónica y coherente. Sería como vender el libro con una Marianita de bolsillo, cosa que no se consigue ni en la mejor de las cualquiercoserías de barrio.
Cecilia Pisos